viernes, 13 de enero de 2012

Una tapadera sin cerrojo. Nihilismo


Los valores y el sentido de la vida se destrozan cuando la confianza no está detrás de ninguna puerta por mucho cerrojo que tenga. Es roble, del bueno, con un grosor de 8 centímetros, rodeado de una firme barrera de acero inoxidable y con 6 pines para guardar con la mejor seguridad aquello que más valor tiene en esta vida, ella misma. Pero hay un problema, después de venderte más que un producto, una idea, una confianza, descubres que esa llave de siete toneladas necesaria para abrir esa puerta inquebrantable no solo la tienes tú, también la tiene la persona que te ha construido esa seguridad materializada. Entra sin preguntar y construye tu propia vida, ignora sentimientos, te explota, se bebe todo tu minibar y cuando se acaba todo, entra por otra puerta para prohibir otra felicidad.

Pongo este ejemplo tan estrambótico y curioso para enlazar la conclusión que saco de las esclavas del poder. Es evidente que uno de los muchos tridentes del diablo se encarga de ensartar a un montón de niñas para la explotación sexual. Sabemos que ese instinto animal puede convertir a cualquiera en un ladrón. Y este desalmado no tiene reparos en desvalijar y apropiarse de placeres no más que exóticos. Ladrones los hay, pero lo que no hay son ladrones policías, embajadores, cónsules, ni siquiera hay ladrones presidentes del Gobierno, ¿no? Mentira. Esa puerta no es nada. Es bonita, superficial y superflua, una tapadera sin cerrojo.

Derecho internacional, dos palabras que ya imponen por separado, pero en tándem hasta acojonan. Derechos humanos, lo prioritario en este mundo, y que nada importa en Estados donde dicen que reina la democracia y que luchan por ella. Lydia Cacho no echó mano de la imaginación, sino que mantuvo el tipo y la compostura, se aguantó las ganas de llorar y trató de no desaparecer. Después, imagino que encendió una hoguera para que sus manos pudieran escribir declaraciones tan gélidas. El propio Gobierno, elegido democráticamente por el pueblo, deliberadamente aporta datos incorrectos sobre esta catástrofe, compra la libertad y restriega un PIB con un delito de alta traición a la moralidad. No cuestiono la ética del primer ministro turco, japonés, camboyano o israelí, pero si me plantean ciertas dudas los ceros del cheque que la tiñen de sangre. Me pregunto si esa firma corrupta es la del diablo o la de esos señores.



¿En qué creemos ahora?, ¿A quién le entregamos el permiso para que nos haga una puerta que separe el bien del mal?, ¿De verdad queremos una puerta?

Nihilismo: (nihil, nada) Doctrina filosófica que parte de la negación del sentido de la vida. 

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